¿Crees que el tamaño de la biblioteca condiciona el ofrecimiento de algunos servicios, o crees que los servicios que se ofrecen deben ser los mismos a pesar del tamaño?
Los servicios que presta, o debería prestar una biblioteca, creo que varían más en función del tipo de biblioteca y a qué usuarios atiende, que al tamaño en sí mismo. No es lo mismo una biblioteca escolar, que una pública, que una universitaria.
Aunque para cada tipo de Biblioteca hay una serie de servicios que debería ser irrenunciable que deben prestar, está claro que una mayor disponibilidad de recursos (infraestructuras, económicos y humanos) redunda en la variedad y calidad de servicios que una biblioteca puede ofrecer a su comunidad.
En los últimos años, hemos tenido que afrontar el reto de la transformación de las bibliotecas, en sus servicios, espacios, etc. ¿Cómo analizas el impacto en tu biblioteca?
En el caso de una biblioteca universitaria en general, y en el de la Universidad Loyola particular, ha habido desde su nacimiento una apuesta decisiva por la digitalización. No solo en procesos, sino también en contenidos.
La pandemia, una de las consecuencias que ha acarreado en muchas instituciones, como por ejemplo en las universidades (incluidas por supuesto sus bibliotecas) ha sido la aceleración de la transición digital. A modo de ejemplo, en Loyola se ha creado un vicerrectorado de Transformación Digital.
Dicha transformación afecta a diferentes aspectos de la Universidad: sus espacios, sus metodologías docentes, sus experiencias de aprendizaje, sus recursos de información… En el ámbito universitario, desde hace años elementos casi estructurales en sus bibliotecas (salas de estudio, salas en libre acceso, expositores de revista, aulas con ordenadores) están perdiendo protagonismo, cuando no desmantelándose para ofrecer nuevos espacios a los usuarios para otros fines: salas de trabajo en grupo, zonas de cocreación, actividades culturales, makerspaces, zonas “sociales” (con cafeterías, terrazas…)
¿Cómo ves las nuevas generaciones de bibliotecas y bibliotecarios?
Por mi experiencia reciente veo un desfase entre los perfiles demandados por una biblioteca universitaria y los curricula que llegan. Hay determinados perfiles relacionados con la bibliometría, análisis de datos, evaluación científica, asesoramiento en publicación que es difícil cubrir porque los conocimientos y experiencia de los candidatos responden a una formación en Biblioteconomía y Documentación más clásica.
¿Qué esperas de las XXI Jornadas Bibliotecarias de Andalucía?
Pues como en cualquier otro evento profesional, aprender de otros y conocer compañeros, sobre todo de otros ámbitos distintos al de la biblioteca universitaria.
¿Qué opinión te merece el trabajo de la AAB en favor de la profesión?
Pues merecen toda mi admiración y apoyo, ya que desarrollan una labor impagable, desde hace mucho tiempo, para cohesionar, ayudar y promover al colectivo de bibliotecarios andaluces.