¿Qué servicios crees que son indispensables en una biblioteca en el año 2022, tras el parón de la Covid-19?

La pandemia eliminó temporalmente algo muy importante de nuestras bibliotecas: el contacto directo entre usuarios y el personal bibliotecario. La posibilidad de atender sus necesidades y dudas cara a cara. Por eso creo que tras la covid-19 debemos ofrecer a nuestros usuarios un servicio personalizado de atención al público de calidad. Sin olvidar, por supuesto, una colección actualizada y con una buena selección de títulos en todos los formatos, incluido el audiolibro.

Pero esto, en la mayoría de los casos es una utopía, ya que estamos viendo cómo muchas bibliotecas están cerrando o se las dejan morir lentamente por falta de presupuesto, personal y proyectos. Sin medios es imposible ofrecer los servicios que necesita la comunidad a la que tienes que servir.

Aunque se cerraron las puertas físicas y se hayan abierto otras virtuales en nuestros centros, ¿qué visión tienes de los servicios esenciales que se prestan en bibliotecas, en cuanto a la diversidad con la que se trabaja, y la conectividad?

Es cierto que la utilización de las tecnologías de la información ha dado un salto cualitativo tras la pandemia, pero en nuestro caso, en la biblioteca Fátima Mernissi de la Fundación Tres Culturas, desde su inicio, nos dimos cuenta que utilizando la tecnología a nuestro alcance, ampliamos audiencias y eliminamos barreras geográficas.

La retransmisión en directo de presentaciones de libros o las videoconferencias con personas que aporten un valor añadido a la lectura de un determinado libro (editores, traductores, etc.) en una sesión del club de lectura son señas de identidad de nuestros proyectos.

En cuanto a la diversidad, debemos estar atentos a nuestra comunidad de usuarios para adaptar nuestros servicios a ella. Conectar a las bibliotecas con la ciudadanía debe ser un objetivo fundamental para crear comunidad, para ayudar y acompañar en la formación y entretenimiento de nuestros usuarios.

¿Cómo ves las nuevas generaciones de bibliotecas y bibliotecarios?

En mi opinión creo que sigue habiendo mucho trabajo por hacer. En nuestro país sigue sin estar nuestra profesión en el lugar que se merece y la labor que realizamos no está reconocida. Es fundamental la conexión que tenemos que realizar con los centros educativos para que se fomente su uso desde edades tempranas.

Las bibliotecas deben ser el alma de una ciudad o pueblo, verdaderos centros culturales donde acudir si no diaria, sí asiduamente tanto de forma individual como en familia. Para eso, deben tener unas dotaciones presupuestarias fuertes y una apuesta por poner al frente de estos centros a gente formada, con cualificación universitaria y especializada. La defensa de la formación reglada es fundamental para nuestra profesión y para las generaciones futuras.

¿Qué esperas de las XXI Jornadas Bibliotecarias de Andalucía?

Espero que realmente adoptemos una actitud crítica y debatamos sobre la situación actual que viven las bibliotecas y la profesión. Sin presupuesto, sin apoyo político, sin profesionales activos y comprometidos, y sin asociaciones que promuevan el reconocimiento profesional y defiendan las injusticias profesionales no vamos a avanzar. 

¿Qué opinión te merece el trabajo de la AAB en favor de la profesión?

Unir esfuerzos en beneficio de la profesión es algo fundamental, pero considero que en España nos queda mucho camino por recorrer para lograr el peso que tienen las asociaciones en Estados Unidos o Reino Unido. Espero que desde Andalucía, estas asociaciones, en concreto la AAB, se conviertan en el instrumento que necesita la profesión bibliotecaria para velar por sus intereses.