¿Crees que la biblioteca universitaria es suficientemente conocida en la sociedad española?
Personalmente creo que son unas absolutas desconocidas para el gran público e, incluso, dentro de las instituciones que las acogen. Todo el mundo sabe que hay una biblioteca en cada universidad, pero muy poca gente conoce sus funciones. De cara a la sociedad, pocas personas tendrán un conocimiento más allá del tópico espacio para estudiar + préstamo de libros, poniéndose en duda incluso esta segunda parte, pues “todo está en internet”. Por ejemplo, nadie fuera de la profesión sabe qué es REBIUN. Y, dentro de ella, la mayoría no sabe cómo se organiza o qué hace.
Dentro de las propias universidades, las bibliotecas llegan a ser unas perfectas desconocidas. La desintermediación en la búsqueda y recuperación de la información tiene bastante que ver, pues la transparencia de la mayoría de accesos obvia el trabajo de gestión que hay detrás. Además, el desuso de las colecciones físicas contribuye a que sea un servicio, a veces, incomprendido.
No podemos obviar la culpa que en gran medida tenemos los propios bibliotecarios en ello. Mientras que tampoco mucha gente conoce cómo se trabaja en unos Servicios Informáticos, cualquiera intuye los graves problemas que conlleva que no funcionen. Frente a esto, es frecuente preguntarse desde otros servicios universitarios qué hace tanto personal trabajando en ellas. Tenemos un déficit en la difusión de nuestro trabajo, indispensable para hacernos valer.
A nivel bibliotecario, REBIUN lleva mucho tiempo intentando mejorar su comunicación, pero todavía queda mucho trabajo que realizar.
¿Cómo se gestan y desarrollan las alianzas que existen entre los diferentes grupos?
Las alianzas surgen de la necesidad y de la voluntad; y se construyen a través del diálogo. A menudo, aunque exista la necesidad, las alianzas no fructifican por falta de voluntad y, consecuentemente, de diálogo. Las diferentes tipologías bibliotecarias han vivido durante años aisladas entre ellas y casi de espaldas. No digamos si hablamos de las diferentes profesiones de la información y la memoria.
En particular, las bibliotecas universitarias españolas forjaron sus alianzas hace treinta años y han sido desde entonces en gran medida autosuficientes, viviendo casi ajenas al resto de la profesión. Como bibliotecario que he trabajado en otras clases de bibliotecas, he podido ver cómo esto puede percibirse como un cierto esnobismo por nuestra parte.
Pero el factor de la necesidad lleva existiendo décadas. Cualquiera entiende que hay muchos proyectos que son imposibles de sacar sin la cooperación y hace mucho más tiempo que se supo que nadie podía tener todo el conocimiento en su biblioteca. Curiosamente, tras la Gran Crisis la voluntad de cooperación se estancó, como vimos en la evaluación del informe Prospectiva 2020. Sin embargo, ahora se da la circunstancia de que se están uniendo los dos factores: necesidad y voluntad.
Detecto dentro de las diferentes organizaciones y, desde luego, en el seno de REBIUN, el interés por tender puentes, colaborar y fortalecer las alianzas. Sin esta voluntad, poco se puede hacer, pero la época de evidente crisis de la profesión, con envejecimiento, transformación y desaparición de los estudios, dificultades para la reposición, amenazas legislativas, tecnológicas y sociales, etc., hacen que estas alianzas sean más necesarias que nunca.
¿Qué esperas de las XXII Jornadas Bibliotecarias de Andalucía?
Es un tópico que en este tipo de encuentros lo mejor es el contacto con otros profesionales. Diciéndolo de forma un tanto pedante, hacer networking. Pervive el aspecto fundacional de conocer otras experiencias y ponerse al día, pero es obvio que no es lo mismo relacionarse con alguien por teléfono o videoconferencia que compartiendo una charla con un café. Por ello, espero reencontrarme con personas, desvirtualizar a algunas y conocer a otras muchas. Y, por supuesto, tener un acercamiento a una de las convocatorias bibliotecarias con más solera.
¿Qué opinión te merece el trabajo de la AAB en favor de la profesión?
Indudablemente, la AAB es una de las asociaciones profesionales con mayor trayectoria. Las propias jornadas, sus publicaciones y la labor de difusión realizada durante tantos años hacen que sea conocida en todo el territorio nacional. Esto requiere de constancia y un entusiasmo imperecedero, pues, mientras otras agrupaciones han desaparecido o languidecen, la AAB sigue trabajando.
