La biblioteca de Soto del Real ha recibido numerosos premios con una sola persona al frente, ¿eres un ejemplo para los bibliotecarios de pequeños municipios?
La verdad es que no me considero un ejemplo, simplemente soy un bibliotecario más que intenta desempeñar su labor de la mejor forma posible como tantos otros. Es cierto que en los últimos años hemos recibido algunos reconocimientos importantes, pero llevamos desarrollando el mismo trabajo durante mucho tiempo de forma silente. En ese sentido, me reconozco más en un artículo que publicó en Biblogtecarios Fátima Canosa, bibliotecaria en Narón, titulado “Oda a la plebe bibliotecaria”, en el que habla con humor y talento de la encomiable labor en la sombra que realizamos la gran mayoría de los profesionales que nos dedicamos a este oficio, en muchas ocasiones en condiciones precarias y sin apenas reconocimiento por parte de las instituciones o de las Administraciones para las que trabajamos.
¿Qué servicios son los más demandados en tu biblioteca?
Es difícil señalar cuál es el más demandado, porque cada persona acude a la biblioteca con unas necesidades y unos gustos diferentes. En general, las actividades dedicadas al público infantil son muy valoradas, en especial, los talleres como “Leyendo con Mi Mejor Amigo”, que realizamos junto con la Asociación Perros y Letras, o cualquiera de ilustración o las sesiones de narración oral. Pero también hemos recibido una respuesta muy positiva en las actividades participativas de carácter social, como en las numerosas ediciones que hemos realizado de “Biblioteca Humana”; o el proyecto “Biblioterapia para Mayores”, que se lleva sosteniendo con la implicación de muchas personas voluntarias durante más de diez años; o “Libros que Saltan Muros”, una iniciativa que ha recibido una acogida entusiasta por parte de los internos del centro penitenciario Madrid V.
¿Qué esperas de las XXII Jornadas Bibliotecarias de Andalucía?
Espero volver con la agenda repleta de nuevas ideas, con la ilusión renovada para emprender nuevos retos y con la energía recargada con el impulso que proporciona compartir proyectos e inquietudes con el resto de los asistentes al evento.
¿Qué opinión te merece el trabajo de la AAB en favor de la profesión?
La AAB tiene una trayectoria larga, brillante y muy consolidada, lo que la convierte en un gran referente dentro del asociacionismo en nuestro sector. Me gusta mucho la metáfora de comparar las bibliotecas con faros, no solo porque las primeras alumbran a la comunidad donde se ubican, sino porque también se encuentran muy aisladas entre sí y comparten la soledad con los faros. Por eso es tan valiosa la función de asociaciones como la vuestra, que posibilita compartir recursos y establecer mecanismos de colaboración que son muy útiles, especialmente para las bibliotecas más pequeñas. Destacaría la variada y permanente oferta formativa que proporcionáis, así como el boletín, cuyo contenido es un fiel reflejo de las cuestiones más relevantes que atañen a la profesión. Y otra de las señas de identidad de vuestra asociación es el nivel de las jornadas profesionales que organizáis. El hecho de que este año celebréis la vigésimo segunda edición da una muestra del vigor de vuestra asociación y del ingente trabajo que hay detrás de muchos compañeros para poder llevar a buen puerto toda esta labor.